Frank Ribery no olvidará su 26 cumpleaños. Más de tres años después de aquel 7 de abril de 2009, el delantero francés sigue lamentándose por el regalo más envenenado que ha recibido y recibirá nunca: una prostituta que en aquel entonces tenía 17 años. La cuestión es si lo sabía o no. El jugador del Bayern lo niega, pero si se demuestra lo contrario, él y otros siete imputados, entre los que se encuentra el madridista Benzema, pueden acabar con sus huesos en la cárcel. El juez, siguiendo lo tipificado en las leyes franceses, pide tres años de prisión y 45.000 euros de multa porque está convencido de que los implicados solicitaron ‘una prostituta menor’.

Esa prostituta menor y desconocida se llamaba Zahia Dehar. Ahora ya supera la mayoría de edad y su nombre es conocido en todo el mundo. Aquella joven que pedía 2.000 euros por una noche de amor (a Ribery el pastel de cumpleaños le costó 700) ya no ejerce. Ni falta que le hace. Impulsada por el escándalo de los internacionales franceses, la carrera de la joven de origen marroquí dio un giro radical. En los meses sucesivos, las revistas se la disputaron. Fue portada del semanario V Magazine y de la edición italiana de Vanity Fair. Casi nada. Su popularida incluso superó a la entonces primera dama francesa, Carla Bruni, esposa de Sarkozy.

Pronto puso sus ojos en ella Karl Lagerfeld, el diseñador y fotografo alemán, que decidió apadrinarla. De su mano, y tras una sugerente sesión de fotos, Zahia pasó de prostituta a diseñadora de lujo y, finalmente, a modelo, Ella misma presentó su obra (una colección de lencería) cubierta tan sólo por pétalos en la Semana de la Moda de París. Sus diseños han recibido muchas crítcas, pero ella se las pasa por el forro y sigue engrosando una cuenta corriente que ya es controlada por los mejores abogados parisinos. Lagerfeld la compara a Coco Chanel y su estrella sigue brillando mientras la oscuridad se apodera de Ribèry y Benzema que maldicen la hora en que sus caminos se cruzaron. Zahia fue, y es todavía, un regalo envenenado…

 

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